Cierre contable anual: ¿qué es y cómo hacerlo correctamente?

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A la hora de establecer la contabilidad de una compañía, el cierre contable anual es uno de los procesos más importantes que existen en la actualidad. El objetivo principal es determinar si tu empresa ha generado ganancias, o bien ha tenido pérdidas al final del año. ¿Aún no conoces de qué se trata? En este post te explicaremos todo lo que necesitas saber para llevarlo a cabo de forma correcta y evitar problemas con la Agencia Tributaria.

¿Qué es el cierre del ejercicio fiscal?

El cierre contable tiene una gran importancia en la fiscalidad para las empresas. En este momento se cancelan todas las cuentas del ejercicio actual y se trasladan al balance anual. De esta forma, en el caso de que hayamos tenido beneficios se incorporarán al patrimonio. En caso contrario, si hemos sufrido pérdidas, se restarán.

Hasta aquí parece una simple suma o resta, pero este tipo de documento esconde muchas variables que debes tener en cuenta. ¿Cuáles son? ¡A continuación te las desvelamos!

A lo largo de un año contable pueden producirse diferentes situaciones, que no son habituales, como pueden ser las amortizaciones, las deudas o las provisiones, entre otras. El balance debe cuadrar para que al pasar al siguiente ejercicio no tengamos ningún tipo de problema contable.

Para que este proceso esté hecho de forma correcta y, además, sea fidedigno es fundamental llevarlo a cabo en las fechas que establece la legislación vigente. Veamos a continuación cuáles son los plazos que debes tener en cuenta.

Qué incluye y cuáles son las fechas de presentación

En líneas generales, cualquier empresa cierra a nivel contable el 31 de diciembre. A partir de entonces, se inician una serie de plazos que debemos respetar para evitar contratiempos. Son los siguientes:

A la hora de formular las cuentas, la empresa cuenta con un plazo de 3 meses hasta el 31 de marzo.
Para legalizar los libros, la compañía contará con hasta 4 meses hasta el 30 de abril.
Finalmente, el 30 de junio, es decir un plazo de 6 meses, será el tiempo límite para la celebración de la Junta General y la aprobación de las cuentas anuales.
Una vez las cuentas han sido aprobadas, es necesario que se depositen en el Registro Mercantil en los 30 días próximos a la celebración de la Junta. Es decir, hasta finales del mes de julio. Una vez han entrado, el registrador certificará que todo se ha hecho correctamente y las publicará en el Boletín Oficial del Registro Mercantil.
A la hora de realizar el pago del Impuesto de Sociedades, el plazo concluye el 25 de julio para aquellas empresas que tienen el año natural como período impositivo. Para el resto, en cambio, se contará con 25 días naturales una vez han finalizado los seis meses para presentar las cuentas.

El cierre del ejercicio fiscal incluye diferentes pasos que debemos seguir de forma correcta para evitar contratiempos. Algunos de los más destacados son un balance donde se comprueba cada suma y cada saldo, el stock que queda, la reclasificación de las deudas, así como la verificación de las amortizaciones, entre otros.

¿Cómo se calcula?

A la hora de calcular el cierre contable, es necesario que se sigan los siguientes pasos. Los más destacados son los siguientes:

Comprobación del balance

El objetivo en este primer paso es comprobar que todos los saldos se han trasladado de manera correcta del libro diario al Libro Mayor. De esta forma, podremos cerciorarnos de que las cuentas realmente cuadran y que, por tanto, el balance es correcto.

Reclasificar las deudas

A la hora de preparar los libros, otro de los pasos que tenemos en cuenta es reclasificar aquella deuda a largo plazo que queramos pagar en el siguiente ejercicio. Tenemos que pasarla a deuda a corto plazo, es decir, aquella que tenga un año como máximo como vencimiento.

Inventario y dotación de provisiones

El stock que tengas en el almacén forma parte de tu cierre contable y, por tanto, hay que tenerlo en cuenta. Por ello, es fundamental hacer un recuento de las existencias disponibles. El volumen de bienes forma parte del activo circulante de la empresa.

A partir de estas cifras será posible llevar a cabo una dotación de provisiones para hacer una previsión de las posibles amortizaciones y gastos futuros. Con estos cálculos se llegará a antes de impuestos, el paso previo al cierre del ejercicio.

Errores más frecuentes al calcular el cierre contable anual

Algunos de los errores más frecuentes que puedes cometer son:

La anotación de valores que sean erróneos. Esto es realmente importante, ya que descuadra el balance y obliga a rehacerlo de cero.
También hay que prestar atención a las posibles cuentas erróneas y a todas las operaciones que no se hayan documentado y que, por tanto, no van a tenerse en cuenta en este cierre del ejercicio fiscal.

Como conclusión, el cierre contable anual es de vital importancia para evitar posibles problemas con la Agencia Tributaria en el futuro. Por ello, contar con una asesoría especializada te permitirá llevarlo a cabo de forma correcta y, por ende, tener una fiscalidad más favorable.

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