Los profesionales de diseño web consideran el carrusel de imágenes como un estándar de la programación. Es un elemento donde se muestran textos e imágenes alternativamente. Para un negocio, esta herramienta puede ser útil a la hora de destacar un producto o servicio; sin embargo, también tiene detractores.
¿Qué es un carrusel web?
El carrusel de imágenes, también conocido como slider, es un elemento muy visual de una página web, que se diseña para dar más visibilidad a productos, servicios o noticias. Como hemos dicho, consiste en una sucesión automática de imágenes y texto, donde se pueden poner productos destacados o servicios a los que queramos dar protagonismo.
Un diseñador web puede programar un carrusel para su cliente, de manera que este pueda cambiar las imágenes y los textos cómoda y fácilmente.
Ventajas e inconvenientes de un carrusel
Los profesionales de la programación y el diseño web están divididos entre los que siguen apostando por el carrusel de imágenes y sus detractores. ¿Cuáles son las principales razones de ambas posturas?
El debate gira, sobre todo, en torno a la experiencia de usuario y cómo le puede afectar la presencia o la ausencia de este elemento. Entre las ventajas, están las siguientes:
- Unifican varios contenidos para que sean vistos en un solo pantallazo, ahorrando mucho espacio web con ello.
- Los usuarios se quedan más tiempo en la página, esperando para ver todas las imágenes del carrusel o leyendo el texto. En realidad, se trata de un primer filtro que hace el internauta para saber si le interesa o no el resto de la web.
- Hay menos distracciones. Al agrupar las imágenes en una zona de la web, las evitamos en textos o zonas donde puede distraer la atención del verdadero foco de nuestro negocio.
- Puedes programarlo para que sea el propio visitante quien avance las imágenes. Toda esta información puede ser cuantificada y servir para hacer un análisis de mercado, conociendo mejor los gustos de tu audiencia.
Por otro lado, los detractores del carrusel alegan las siguientes razones:
- Algunos usuarios pueden confundir el carrusel con publicidad y no los miran.
- Si las fotos pesan mucho, las sliders provocan que la web tarde más en cargarse. Esto no solo hace que el internauta se canse y se vaya, sino que también afecta a otros aspectos, como el SEO.
- No todos los carruseles son responsive y no se adaptan bien a los móviles. Y el tráfico móvil, hoy en día, tiene el suficiente peso como diseñar pensando en él.
- Ocupan un espacio que podría ser aprovechado por otro tipo de contenidos que generen una conversión o un beneficio directo.
- Pueden enviar mensajes confusos, como que todo es destacable o que hay pocas actualizaciones en el negocio.
Cuándo conviene usar un carrusel
- En el caso del lanzamiento de productos y servicios es bueno contar con un escaparate de fotos que lo diferencie del resto de contenidos.
- También es buena idea hacer un carrusel si contamos con tecnología puntera detrás. Es decir, que después de haber visto las desventajas en cuanto a tráfico y velocidad, si no tienes un soporte que aligere la web, mejor no lo uses. Según el especialista en usabilidad, Jakob Nielsen, el usuario medio abandona una página si esta no carga antes de tres segundo.
- Por último, si queremos una web con secciones como eventos, blog..., más allá de lo meramente comercial, contar con un carrusel en la home le indicará al usuario la estructura del contenido.
En definitiva, el debate sobre si poner o no carrusel está sobre la mesa. Sabiendo que este elemento influye en la experiencia del usuario ¿vas a incluirlo o no en tu web?
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