Fuentes de agua: ¿son seguras frente al COVID-19?

La respuesta es tajante: sí. Las fuentes de agua son absolutamente seguras. Y todos los organismos oficiales lo confirman de manera taxativa. Organizaciones como la OMS (Organización Mundial de la Salud), la EFSA (European Food Safety Authority) y el CSIC español (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) han publicado en los últimos meses informes científicos demostrando que el agua no es vehículo transmisor de la enfermedad y está libre de coronavirus.

Pocas veces la ciencia ofrece un criterio tan unánime, pero aquí te explicamos lo que dicen los estudios sobre la seguridad de los dispensadores de agua y por qué su uso no es peligroso durante la pandemia.

Son muchos y muy variados los estudios sobre el tema, pero nos vamos a centrar únicamente en los realizados por la mayor autoridad sobre el tema. Con el mayor rigor científico internacional, la OMS ha declarado que “en la actualidad, no existe evidencia alguna sobre la supervivencia del virus SARS-CoV-2 en el agua potable”.

Por su parte el doctor Albert Bosch, catedrático de Microbiología y presidente de la Asociación Española de Virología, ha confirmado que “la COVID-19 no es una enfermedad susceptible de transmitirse por el consumo de agua”

Existe, además, un prestigioso estudio elaborado por el laboratorio del doctor Oliver Rodés, realizado para la Asociación de Distribuidores y Envasadores de Agua en Cooler. La experiencia analítica con dispensadores en garrafas y en agua de red demuestra que todas las superficies presentaban una ausencia completa de coronavirus SARS-CoV-2.

La evidencia científica no admite dudas: en la actual pandemia, beber de fuentes dispensadoras de agua es una práctica segura y cuyos criterios de seguridad se detallan en el Real Decreto 140/2003.

Mantener la distancia social y disponer de la máxima higienización son hoy las herramientas más comunes y sensatas, pero ¿qué debemos hacer para mantener nuestros dispensadores de agua libres de virus?

Las medidas preventivas higiénicas que se plantean en este caso para la COVID-19 también valen para cualquier otro aparato de uso diario y serían:

En el caso de las fuentes de garrafón, debe ponerse especial atención en la manipulación, el transporte y la carga de los botellones para evitar la posibilidad de contaminación. Cumplir con todas estas medidas garantiza el uso seguro de las fuentes de agua en centros de trabajo, gimnasios, escuelas, hoteles, etc.

Una vez que ya ha quedado demostrado que beber de los dispensadores es una práctica segura, vayamos al caso concreto de las oficinas o de aquellas empresas que disponen de un punto común de abastecimiento de agua.

Al igual que los botones del ascensor, las barandillas de escaleras, el pomo de la puerta... la mayoría de los dispensadores también objetos expuestos al contacto diario con múltiples personas un gran número de veces. Lo que al principio de la pandemia nos inducía a utilizar guantes de plástico, en este caso se ha sustituido con creatividad para alcanzar el nivel máximo de prevención: pedales y sensores.

Para eliminar posibles contagios en las oficinas, ya existen máquinas con un accesorio acoplado que permite beber sin necesidad de tocar la fuente. Son los dispensadores de agua en manos libres: se pulsan con el pie o mediante sensores de accionamiento y evitan así la necesidad de tocar el pulsador, reduciendo la posibilidad de contaminación.

En resumen, como hemos visto, numerosos estudios científicos confirman que beber agua de fuentes y dispensadores es seguro y no supone un riesgo frente a la COVID-19. Y para garantizarlo, ahora también conoces las medidas preventivas que debes aplicar en su uso.

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