La nube es un concepto sumamente abstracto que puede incluir una vasta cantidad de tecnologías, pero de la cual puede verse direccionada hacia un punto de convergencia que intentaremos descifrar en este artículo.
Es importante mencionar y tener en cuenta, que no se trata de tecnologías que se ven en aplicaciones únicamente corporativas. La nube nos ha alcanzado a todos, de hecho,
se ha convertido en uno de los negocios más rentables que han posicionado a los gigantes tecnológicos en la cima y, por lo tanto, se han convertido en las empresas mejor valuadas del mundo, como
Microsoft junto a su servicio Azure.
Los servicios de software y almacenamiento en la nube son los más conocidos entre aquellos de uso cotidiano, pero la nube es mucho más amplia que eso. Para ello, trataremos de definirla.
¿Qué es la nube?
“Nube es el término que recibe cualquier forma de cómputo que se ejecuta en cualquier otro lado, a la cual se puede acceder desde un dispositivo local a través de una conexión activa a internet.”
Como habrás podido notar esta definición es sumamente amplia, ya que se intenta distinguir entre lo que es local y lo remoto, con la impresión de que se accede a algún tipo de servicio que está alojado y procesado en otro dispositivo. El lugar donde se produce el cómputo es desconocido e irrelevante para el usuario, lo cual otorga una sensación de que estos servicios se alojan en algo virtual y no tangible como “la nube”.
Entonces las posibilidades son innumerables, puesto que cualquier servicio que se pueda ejecutar en un dispositivo se puede brindar o servir a otros usuarios de forma monetizada. De esta forma, se crea un negocio rentable.
Todo como un servicio
La primera palabra clave de esta tecnología es: Servicio, porque representa una solución que se puede brindar, de cualquier forma, de cualquier magnitud y respondiendo a cualquier necesidad o forma de obtener provecho u utilidad. Así, podemos encontrar los siguientes términos asociados a la nube:
- SaaS (Software as a Service): El software como un servicio es una forma diferente de utilizar un programa. El usuario no necesita instalarlo de forma local, sino que accede a este a través de internet. Los mejores ejemplos son: los servicios de correo electrónico como Gmail, procesadores de texto como Google Docs, etc. Los beneficios son numerosos puesto que el usuario no debe encargarse de ninguna especie de mantenimiento. También tiene desventajas asociadas ya que el costo de la suscripción suele ser mayor a largo plazo y pueden costar más que adquirir una licencia para un software local.
- STaaS (Storage as a Service): El almacenamiento como un servicio nos brinda la posibilidad de guardar nuestros archivos en una ubicación remota y, en principio, de forma segura. Ejemplos de estos son muy conocidos y utilizados como Dropbox, OneDrive, Mega, etc. El servicio así consiste simplemente en brindar un espacio de almacenamiento digital, y algunos servicios complementarios como sincronización y copias de seguridad.
- PaaS (Platform as a Service): La plataforma como un servicio es una instancia más genérica que las mencionados anteriormente, esta brinda todos los servicios de software y almacenamiento asociados al desarrollo de software. De esta forma, los desarrolladores ya no tienen que preocuparse por instalar todo el conjunto de programas que se necesitan de forma local, ya que puede acceder desde cualquier dispositivo con conexión a internet y crear aplicaciones desde el propio navegador.
Por supuesto que la nube no se detiene ahí, existen otros como:
- Datos como un servicio.
- Pagos como un servicio.
- Seguridad como un servicio.
Y mucho más (ver:
As a Service) Aquí es donde aparece la segunda palabra clave para la nube:
Virtualización.
La virtualización nos permite ejecutar en software casi cualquier tipo de recurso tecnológico. Incluso es posible crear computadoras completas en lo que se denomina: Máquinas virtuales. Las posibilidades son realmente vastas, puesto que se puede acceder a un montón de servicios, incluso de hardware sin necesidad de adquirir el equipamiento físico necesario.
De esta forma, la convergencia de esta tecnología se vuelve un poco más clara, en un punto de su máxima expresión, la computación se volverá mucho más eficiente con capas completamente separadas en: uso con dispositivos locales y cómputo con dispositivos remotos.
Si además añadimos la posibilidad de virtualizar prácticamente cualquier cosa, la mayoría de los servicios cotidianos residirán en la nube, trayendo los beneficios de la omnipresencia virtual, pero también los riesgos del robo informático (Hackers), por lo que la ciberseguridad será el centro clave de todas las tecnologías para un mundo seguro y privado.