El impuesto de sociedades es una de las principales obligaciones tributarias que puedes tener si cuentas con una empresa. ¿Aún no sabes cómo se calcula este impuesto? ¿Crees que te tocaría pagarlo al final del año? En este post te explicamos todo lo que necesitas saber al respecto.
¿Qué es el impuesto de sociedades?
Se trata de un tipo de tributo que grava la renta de las empresas y las personas jurídicas, a diferencia del IRPF, que lo hace sobre las personas físicas. Este tipo de gravamen se aplica a todas las compañías que obtienen un beneficio contable al final del ejercicio fiscal. Debemos tener claro cómo calcularlo, ya que tendremos la obligación de reservar una parte de la tesorería para estos pagos a la Agencia Tributaria.
Las entidades de nueva creación tendrán la obligación de tributar el 15 % durante el primer ejercicio. En cambio, a partir del segundo año, el tipo impositivo que se aplicará a tu empresa será del 25 %. Las únicas excepciones serán el País Vasco y Navarra, donde este impuesto alcanza el 28 %.
Marco legal de la Ley del Impuesto Sobre Sociedades
La Ley de Impuesto Sobre Sociedades, junto con el IRPF, supone uno de los pilares básicos de la fiscalidad española desde la creación de la Constitución actual en 1978. El artículo 31 de la Constitución indica que una de las obligaciones que tenemos como ciudadanos es sostener a los servicios públicos, de acuerdo con nuestra capacidad económica.
El impuesto que grava a las empresas se legisló posteriormente a través de la Ley 43/1995, de 27 de diciembre, recogida en el Boletín Oficial del Estado. El objetivo era dotar al gravamen de transparencia, competencia y una visión totalmente internacional de acuerdo con el marco europeo.
Finalmente, con el Real Decreto Legislativo 4/2004, de 5 de marzo, se dotó de una mayor seguridad jurídica y se intentó universalizar los criterios que te obligan como empresa a declarar tus beneficios al final de cada ejercicio.
¿Quién debe pagarlo?
Cualquier persona jurídica está sometida a este impuesto. Por tanto, al crear cualquier tipo de sociedad, deberás contribuir con este impuesto siempre que tengas beneficios a final de año.
¿Cuáles son los tipos de sociedades más destacados? La sociedad de responsabilidad limitada es una de las más comunes; su capital social mínimo es de 3000 euros. Sin embargo, también pueden encontrarse sociedades anónimas, sociedades colectivas, así como las estatales, las autonómicas, provinciales o locales.
¿Cómo se calcula el impuesto sobre los beneficios?
- Lo primero es tomar en consideración el resultado contable de la sociedad. Debemos tener a alguien con conocimientos de contabilidad, para evitar algún tipo error. Inicialmente, debemos tener la base imponible. Esta se obtiene después de sacar la diferencia entre los ingresos y los gastos.
- En el resultado contable, también pueden llevarse a cabo algunos ajustes extracontables, como las diferencias permanentes y las temporales. Debes tener en cuenta las posibles reservas de capitalización que puedas llevar a cabo, así como los resultados anteriores, especialmente si has tenido pérdidas.
- En el caso de que tengamos una compañía reducida, podemos beneficiarnos de las reservas de nivelación. Suponen un incentivo fiscal del 10 % y permiten reducir la base imponible positiva con el máximo de un millón de euros. Asimismo, el resto de las deducciones o bonificaciones son otros criterios a tener en cuenta para cerrar el resultado contable.
¿Qué pasa si la empresa da pérdidas?
En el caso de que tu empresa genere pérdidas a final de año, no deberá tributar por sociedades. De hecho, esas pérdidas se pueden compensar a través de los siguientes ejercicios. En este sentido, puedes contar con diferentes ejercicios de margen para recuperar todas las pérdidas, especialmente si tu negocio ha tenido un año muy malo.
Deducciones y bonificaciones
En líneas generales, podemos encontrar tres tipos de deducciones y bonificaciones principales sobre este impuesto en España. Las más destacadas son las siguientes.
- Bonificaciones técnicas: el hecho de que tu domicilio social esté ubicado en Ceuta o Melilla te supone un ahorro de hasta el 50 % en el IS.
- Evitar la doble imposición: en ciertos casos, algunas rentas pueden tributar en dos sociedades al mismo tiempo. Se permite a algunas sociedades deducirse una parte para evitar la doble imposición.
- Deducciones por sector: algunos sectores también pueden beneficiarse de bonificaciones específicas. Los más comunes son el sector I+D+I, la realización de espectáculos y producciones cinematográficas, así como los que contribuyan a la creación de empleo.
Como conclusión, el impuesto de sociedades es uno de los tributos más comunes que debemos pagar como empresa. Contar con un asesoramiento fiscal especializado te permitirá evitar problemas con Hacienda, y también contar con una fiscalidad más beneficiosa.
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