Desde que se generalizó el uso de Internet en los noventa el mundo empresarial siempre había visto el nuevo entorno de comunicaciones como una oportunidad y un valor añadido cuyo uso fue haciendo extensivo a sus diferentes áreas, comenzando por la administración, después logística y almacenes y en los últimos tiempos robotización, Inteligencia Artificial, etc, desembocando en el actual IOT (Internet de las cosas) en el que se planea que todos los dispositivos del mundo, del ámbito que sea, estén conectados a la red.
Esta historia de amor siempre tuvo dos actores secundarios incomodos. El primero fue la explosión del SPAM, o correo basura, ya a finales de los 90. El segundo la actividad maliciosa a través de virus, troyanos y malwares.
El spam es un problema conocido a nivel de
seguridad informática, incómodo y difícil de eliminar, porque de la misma forma en que las empresas intentan evitarlo, en la mayoría de las ocasiones también lo producen. Eso genera un bucle en el que se genera una cantidad ingente de tráfico de datos que es combatido con una cantidad ingente de medidas que tratan de detenerlo. Para que nos hagamos una idea, algunos estudios aseguran que si pudiéramos eliminar la generación de spam en Internet podríamos eliminar un 35% de los servidores de transito que hay en la red, y con ello ahorrarnos la energía que generan 6 centrales nucleares.
Y aquí es donde llegamos al punto de inflexión, porque la segunda “incomodidad” se ha convertido en una amenaza. Los antiguos ataques de virus como el FunLove o el Snake son recuerdos románticos de un mundo en el que los hackers lo eran únicamente para demostrar sus habilidades.
Este 2018 marca un máximo mundial en el nivel de amenaza electrónica en todo el planeta. Al cybercrimen habitual basado en actividades víricas mediante troyanos y bots destinados, básicamente, al robo de información personal y bancaria, se ha unido desde hace pocos años el RAMSONWARE, donde se secuestra la información mediante encriptación para pedir un rescate.
El Ransomware es un tipo de ataque informático que se está multiplicando exponencialmente porque:
- No se requieren grandes aptitudes técnicas para diseñar el ataque.
- Es muy difícil de detener por los Antivirus y servicios de seguridad habituales.
- Está suponiendo un beneficio económico multimillonario.
Los informes de las consultoras internacionales de seguridad alertan de que el Ransomware está resultando tan lucrativo que mafias mundiales que jamás habían tenido relación con el cybercrimen (tráfico de drogas, armas, personas…etc) están montando plataformas de ataque Ransomware mediante acuerdos con grupos de hackers, mayoritariamente de los países del Este. Todo ello está conformando un panorama tremendamente preocupante para las empresas.