Ventajas del registro de marca

La marca es uno de los valores más importantes de tu negocio, de ahí la importancia de protegerla registrándola. Se trata del signo que te distingue de los demás y que refleja las cualidades y personalidad de tu producto o empresa.

El registro de tu marca implica proteger la esencia de tu proyecto empresarial, es decir, aquel producto o servicio que piensas y lo asocias rápidamente a cualquier marca en sí misma. Es un valor tan fundamental que hoy en día llamamos a muchos productos que consumimos a diario por la marca comercial que fue la primera en lanzarlos al mercado o la que más famosa se ha hecho.

A pesar de todo lo dicho, la realidad es que estamos hablando de una acción que no es obligatoria sino voluntaria; no obstante, es de suma importancia, ya que a partir del nacimiento de tu marca tendrás un derecho exclusivo sobre el empleo de la misma.

Para registrar tu marca tienes dos opciones. Puedes ahorrarte tiempo y delegar todos los trámites en una empresa especializada en registro de marcas o puedes acudir tú mismo a la página web de la Oficina Española de Patentes y Marcas y cumplimentar los formularios correspondientes. También podrás solicitar un informe previo para comprobar si otra empresa se te ha adelantado y el nombre que querías utilizar ya está en uso. 

Puedes registrar tu marca si eres persona física o jurídica de nacionalidad española con permiso de residencia en España o con un centro de explotación comercial en territorio nacional. Si no eres residente en un estado miembro de la Unión Europea también podrás hacerlo, pero necesitarás actuar a través de un agente de la propiedad industrial.

¿Y cuánto cuesta registrar una marca? En la Oficina Española de Patentes y Marcas tiene listas públicas en las que podrás consultar los diferentes precios. Y si tienes una pequeña o mediana empresa la operación te saldrá por la mitad de precio según la nueva normativa existente.

Te explicamos de forma pormenorizada las ventajas de hacerlo y por qué es tan útil, sobre todo en un mundo cada vez más globalizado comercialmente 

La marca no solo sirve para identificar tu negocio o un determinado producto, sino que adquiere un valor adicional de suma importancia en el tráfico mercantil. De ahí la necesidad de protegerla, tanto en la operativa diaria como jurídicamente. De esta forma evitarás el uso ilegítimo que puedan llegar a hacer terceras personas de tu marca.

El registro opera en una doble vertiente:

a) Exclusiva. Solo tú, como titular, podrás hacer uso de tu marca.

b) Excluyente. Ningún tercero podrá hacer uso de ella sin tu autorización.

Para proteger tu marca con los mecanismos que la legislación te brinda, debes registrarla. No obstante, si la marca coincide con la denominación social inscrita en el Registro Mercantil, no será suficiente.

Cabe la posibilidad de que la registres y posteriormente terceras personas hagan uso de la misma de forma ilegítima. Por lo tanto, registrándola te será más fácil iniciar las medidas judiciales pertinentes de cara a exigir el cese inmediato de ese uso ilegítimo, pudiendo exigir también la correspondiente indemnización.

El registro es un añadido más en el crecimiento de tu empresa, incorporando un valor adicional en toda regla.

Puedes llevar muchos años usando una determinada marca, pero si no la registras, nadie te libra de que aparezca alguien que registre el nombre con el que habitualmente operas, lo que supone un serio problema.

Al registrar tu marca, dispones de la exclusividad en el uso de la misma y la proteges legalmente frente a terceros. De lo contrario, si comienza a tener notoriedad corres el riesgo de que un tercero aparezca y la registre aprovechando el contexto.

Si ya cuentas con una marca registrada, debes intentar evitar problemas legales, ya que tendrás que usarla tal y como la registraste. Los problemas no solo existen cuando la marca no está registrada y estos son los más comunes con los que te puedes encontrar:

1. Utilizar una marca ya registrada.

2. Hacer un uso indebido de una marca registrada, es decir, haber creado una más o menos similar a una existente o que genere confusión.

3. Que un tercero alegue derecho al uso de una determinada marca debido a que ya se estaba usando por su parte aun sin estar registrada. 

Para que tu marca esté protegida en España será suficiente con que esté inscrita en la Oficina Española de Patentes y Marcas. No obstante, debido al carácter de la mayoría de las relaciones económicas en el plano internacional, se exige poder operar con la misma marca más allá de nuestras fronteras.

Además, podrás solicitar el registro para operar en el ámbito de la Unión Europea. De esta forma con una única solicitud ante la Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea podrás operar y tener protección en cualquiera de sus estados miembros.

Para poder operar con una marca en el ámbito internacional pero fuera de la Unión Europea existe un organismo denominado Organización Mundial de la Propiedad Intelectual; esta institución se encarga de tramitar y gestionar el registro de las marcas internacionales, que tienen un periodo de protección de 10 años renovable por otros diez.

Estos son los puntos básicos que tienes que tener en cuenta a la hora de registrar tu marca. Si aún tienes dudas, recuerda que hay empresas especializadas con las que puedes contar para que te ayuden durante el proceso.